Mientras que mi web professional muestra las obras de mi despacho como arquitecto, este blog recopila documentación sobre una serie de actividades que desarrollo en paralelo a él. El ejercicio internacional de la profesión, las entidades entorno a las que se organizan los arquitectos o la reflexión sobre los modos de intervención en la ciudad constituyen los principales puntos de atención, al tiempo que se facilita el acceso a una serie de enlaces relacionados.

colegios de arquitectos ¿qué modelo organizativo?

La anterior entrada sobre los Colegios de Arquitectos ya dejaba traslucir hasta qué punto éstos cumplen en España objetivos y funciones que en otros paises se satisfacen no desde una única entidad sino desde una multiplicidad de organizaciones cuyas misiones están mucho más acotadas.

Los Colegios españoles son, de hecho, corporaciones de derecho público cuya principal misión es velar por el interés general. Pero, en realidad, sus actividades van mucho más allá. Los Colegios inscriben a los arquitectos en el registro profesional y, con ello, les habilitan para ejercer; velan por garantizar la corrección documental de los proyectos a través del visado; realizan actividades culturales que tanto pueden tener que ver con la promoción de la Arquitectura como de los propios arquitectos que la proyectan; ofrecen servicios a sus afiliados para facilitarles el ejercicio de la profesión; les orientan en la definición de sus honorarios; les ofrecen cursos para la puesta al día de sus conocimientos; actúan ante la Administración pública; …

Este modelo excepcional ha sido posible por el modelo económico sobre el que se ha asentado. Apoyados no sólo en las cuotas de sus miembros sino, sobretodo, en los ingresos derivados del visado, los Colegios han podido prestar durante muchos años una serie de servicios de otra manera inimaginables. Esta base económica ha desaparecido. La actividad en el sector de la construcción ha caido drásticamente. Y un decreto gubernamental ha modificado algunos aspectos fundamentales del visado. Entre ellos el que obliga a que su coste sea proporcional al servicio recibido y no fuente de ingresos para la prestación de otros servicios. Ambos fenómenos obligan a redefinir el modelo económico sobre el que los Colegios se basan y, en consecuencia, a reconsiderar los objetivos que deben cumplir, las funciones que vayan a prestar y la fórmula organizativa que pueda hacerlos viables.

En los paises con los que compartimos tradición jurídica (los basados en el Derecho romano), las entidades equivalentes a nuestros Colegios (a veces denominadas Órdenes, a veces Cámaras) mantienen un amplio número de funciones, si bien no tantas como en España, dejando con frecuencia fuera de su campo de acción muchas de las que no están directamente relacionadas con la defensa y protección del interés público.

En Francia o en Italia, por ejemplo, la actividad cultural es extraña a las organizaciones colegiales y se ejerce a través de las denominadas “Casas de la Arquitectura” o de otro tipo de asociaciones. Los Colegios participan a menudo en sus órganos directivos, pero nunca a título exclusivo, sino compartiendo la gestión con otro tipo de entidades (universidades, centros culturales, empresas privadas,...).

En esos dos paises existen también sindicatos de arquitectos destinados a la defensa de los intereses de los profesionales asalariados. En Francia o Alemania hay entidades destinadas a la exportación de servicios de arquitectura en asociación con las empresas del sector. En otros paises hay asociaciones reservadas exclusivamente a las sociedades profesionales de una determinada envergadura. O a los profesionales que desarrollan su actividad en determinados campos específicos.

En todos estos casos, los arquitectos no están obligados a colegiarse más que en aquellas entidades de derecho público que incluyen la función de registro. La asociación al resto de organizaciones es absolutamente voluntaria. Su mayor o menor éxito viene determinada por la lógica de la oferta y la demanda y, por tanto, por su capacidad para satisfacer los intereses de sus afiliados.

Los paises anglosajones, donde la jurisprudencia es la tradición de su ordenamiento jurídico y no la regulación por ley, ofrecen un modelo quizá aún más lejano al nuestro pero de alguna manera todavía más claro. Las funciones regulatorias del acceso a la profesión están claramente segregadas del resto y no son (casi) nunca ejercidas por las mismas oganizaciones que prestan las demás. La adscripción es obligatoria sólo para dichas entidades regulatorias. El resto de funciones se presta a menudo por un número amplio de entidades -a veces en concurrencia entre sí, a veces agrupadas bajo un paraguas común- que son obviamente de adscripción voluntaria.

Organizaciones ampliamente reconocidas, com el Riba, no tienen absolutamente ninguna función regulatoria, -el organismo de control de acceso a la profesión en Gran Bretaña es el ARB (Architects’ Registration Board)- y están, en ese sentido, claramente alejadas de la función primordial de nuestros Colegios. El Riba no es, de hecho, ni siquiera una entidad unitaria sino una multiplicidad de entidades –una fundación sin ánimo de lucro, una asociación profesional, diversas empresas de servicios,...- que actúa como grupo corporativo bajo una misma marca, la cual le da visibilidad y le permite optimizar financiera y fiscalmente los recursos de los que dispone. Por cada libra que ingresa por parte de sus socios en concepto de cuotas genera más de cuatro libras de ingresos por otros conceptos, un 50% de los cuales proviene de sus empresas comerciales.

Probablemente no es éste un modelo directamente aplicable a nuestra realidad, al menos a corto plazo. La tradición empresarial de la sociedad anglosajona permea tanto la estructura de sus despachos profesionales como su organización colegial. Y éste no es el caso, hoy por hoy, en nuestro entorno inmediato. Pero sí que puede darnos pistas sobre una posible evolución. Sobretodo si lo cotejamos con las referencias que ofrecen las organizaciones profesionales de los paises más cercanos al nuestro.

La clave de la transformación pasa seguramente por adoptar una estructura menos rígida que la actual. Olvidarnos del saco único donde se puede meter todo y pasar a disponer de una estructura que permita vehicular cada una de las funciones a través del instrumento más adecuado a sus fines.

Ello podría conllevar el mantenimiento de un Colegio de adscripción obligatoria acotado a las funciones de registro y de protección del interés general, y la creación de una serie de entidades relacionadas entre sí, bajo un adecuado esquema de gobernanza, de adscripción voluntaria, con estructura jurídica, societaria y organizativa variable, en función del objeto de su actividad y de la fuente de recursos que manejaran.

Tal esquema no debiera ser óbice para que la “marca” colegial pudiera seguir siendo reconocible si interesa, tal como sucede en el caso del Riba. Y cuenta ya, de hecho, con algunos tímidos precedentes en nuestro propio país, donde algunos Colegios de Arquitectos han promovido, por ejemplo, la creación de Fundaciones para el desarrollo de sus actividades culturales o la prestación de servicios de formación continua.


colegios de arquitectos ¿qué objetivos? ¿qué funciones?

Entre los cambios en que se ve inmersa la profesión de arquitecto en España, no es de menor importancia el que afecta a sus organizaciones profesionales. Enfrentados a una radical disminución de ingresos -fruto de la caida de actividad del sector-, modificaciones legislativas –que cuestionan aspectos de su organización y funciones que han permanecido inalterados durante largo tiempo-, y un progresivo extrañamiento por parte de sus miembros –que cada vez los ven menos capaces de satisfacer sus necesidades-, los Colegios de Arquitectos se han visto obligados a entrar en un proceso de redefinición que les permita adaptarse a las condiciones que el nuevo contexto impone.

El debate sobre cuáles son los cambios a acometer y qué tipo de relación debe establecerse entre los arquitectos y su Colegio suele partir en mil direcciones distintas desde el mismo momento en que se abre. Me voy a permitir aquí centrarlo, por ahora, en la identificación de los objetivos y las funciones que éstos pueden cumplir y dejar para más adelante una reflexión sobre la forma organizativa que pudieran adoptar.

Tres son los objetivos fundamentales de las organizaciones profesionales de los arquitectos en cualquier país del mundo, aunque, en muchos de ellos, y a diferencia de lo que ocurre en España, esos objetivos no necesariamente se lleven a cabo desde un mismo organismo que intente alcanzarlos todos al mismo tiempo. Eston son:

  1. Defender el interés público y proteger al consumidor
  2. Promover la profesión de arquitecto
  3. Promover la Arquitectura

Pese a que en algún momento puede haber elementos de contacto entre dichos objetivos, hay algunos aspectos diferenciadores que conviene tener en cuenta.

1.
Por su propia definición, la defensa del interés público y la protección del consumidor son competencias propias de la Administración pública y, por tanto, suelen ejercerse desde organizaciones de carácter gubernamental o corporaciones de derecho público en las cuales la Administración ha delegado algunas de las funciones que le corresponden.

A este tipo de objetivo se encaminan aquellas funciones de carácter regulador, destinadas a asegurar que los profesionales reúnen los requisitos que la propia sociedad ha determinado y que los servicios que prestan tienen la calidad prefijada. Se encuentran, por tanto, entre ellas, la definición de estándares y mecanismos de acceso al ejercicio profesional, la verificación del cumplimiento de dichos estándares y requisitos o el registro de los profesionales que los satisfacen mediante la expedición de la correspondiente habilitación. También pueden incluir las funciones de tutela de los profesionales (a través del correspondiente código deontológico) y la eventual supervisión de los proyectos que ejecutan.

Es el objetivo de mayor repercusión social y el que suele estar más vinculado a las disposiciones legislativas específicas de cada jurisdicción. También es aquel que, en una amplio número de países, es objeto de consecución por parte de organizaciones claramente separadas de aquellas destinadas a satisfacer cualquiera de los otros dos objetivos.

2.
Promover la profesión de arquitecto puede tener diversas vertientes. Puede referirse tanto a una necesidad de mejorar los estándares propios con los que la profesión opera, como a impulsar su rol social, como a defender sus intereses profesionales.

Al primer subobjetivo van encaminadas, por ejemplo, las acciones relacionadas con la formación continua o la prestación de servicios a los propios arquitectos en apoyo de su ejercicio. Al segundo se orientan la interlocución con la Administración o las campañas de sensibilización pública sobre el valor añadido que un arquitecto aporta al proceso constructivo. Al tercero se dirigen aquellas actividades destinadas a ganar cuota de mercado, promover la justa compensación de sus servicios o impulsar el trabajo en el extranjero.

Las organizaciones destinadas a satisfacer este tipo de objetivos suelen estar lideradas por la propia profesión puesto que es sobre todo a ella a quien interesa la consecución de los mismos. En algunos casos, la variedad de subobjetivos da lugar a la aparición de organizaciones especializadas en alguno concreto. Así, hay paises donde existe, por ejemplo, un sindicato de arquitectos que vela por las condiciones laborales de los asalariados; en otros, entidades destinadas excusivamente a abrir mercados internacionales para la profesión.

3.
La promoción de la Arquitectura como disciplina es un objetivo fundamentalmente cultural. Si bien detrás de toda obra de arquitectura hay obviamente un arquitecto, el énfasis se pone en aquélla y no en éste y el objetivo resulta, por tanto, distinto del indicado en el punto anterior.

Las conferencias, las exposiciones, las visitas a edificios o los talleres de sensibilización para niños, por ejemplo, responden a este objetivo.

Por su propia naturaleza es evidente que los arquitectos suelen estar implicados en este tipo de acciones, pero también es cierto que el interés en la promoción de la Arquitectura no tiene por qué limitarse a los arquitectos exclusivamente. Hay museos, fundaciones y centros culturales que dedican parte o toda su actividad a dicho fin. Y hay muchos paises donde, de nuevo, el cumplimiento de este objetivo se segrega claramente de algunos de los anteriores.


Ante esta categorización de objetivos y funciones, la primera pregunta debiera seguramente ser: ¿cuáles de ellos deben satisfacer los Colegios de Arquitectos en España? ¿Todos (como es hasta ahora el caso)? ¿O sólo algunos de ellos (aproximándose más a los modelos que existen en nuestro entorno)?

A ella debiera seguramente supérponérsele otra: ¿cuál es la fórmula organizativa más adecuada para el cumplimiento de dichos objetivos y funciones?

Intentaré abordar las posibles respuestas en una próxima entrada donde se plantee el modelo de organización de nuestros Colegios y las fórmulas de adscripción a los mismos.


diez años de edificios públicos en cataluña











De la mano de Gisa y de la Generalitat, ha aparecido el anunciado libro que sintetiza la obra pública desarrollada en Cataluña en los últimos años. El parque de bomberos de Mataró es uno de los ejemplos seleccionados.  

Situado en un contexto industrial sin valores referenciales, el edificio tiene dos partes de grano bien distinto (las cocheras –un espacio diáfano a toda altura- y las dependencias –de dimensiones menores y usos diversos-) y se configura como un largo volumen paralelepipédico que se alinea con la calle desde la cual se accede. Un gran pórtico de hormigón da cobijo a las distintas partes, le otorga escala urbana y lo dota de una imagen coherente con su función pública. El juego de colores enriquece su  diálogo con la ciudad.

La estricta organización interior de las piezas no está reñida con la fluidez de los recorridos. Organizados entorno a un punto de acceso que permite el control de todo el edificio, los diversos espacios que lo componen se distribuyen a través de un sistema de bandas que permiten canalizar las circulaciones sin interferencias. La disposición controlada de los huecos de fachada, concebidos como grandes aberturas de formalización rotunda, facilita la privacidad en las zonas de servicios de la planta baja al tiempo que permite alejar la visión hacia la riera contigua desde las zona de estar y descanso de la planta primera.

El resultado es un edificio sobrio, como corresponde a su función, de proporciones elegantes, que contribuyen a valorizar la zona periférica en la que se implanta, e interiores cálidos, que facilitan el trabajo y la convivencia de sus usuarios.


el caos de los concursos de arquitectura

El acceso a los encargos de la Administración pública en España es un campo minado para los arquitectos y la sociedad. Y la Ley de contractos de la Administración pública uno de los elementos más denostados por nuestra profesión. Con todo, y pese a que la ley es sin duda mejorable, las dificultades del modelo español de concursos no radican tanto en ella misma como en la manera en que se aplica.

A la hora de definir los pliegos de condiciones para las licitaciones, los problemas pueden seguramente agruparse en dos grandes grupos. Uno es de carácter conceptual y tiene que ver con la confusión en los objetivos que se pretenden satisfacer y las prescripciones que se derivan de dichos objetivos. El otro es de carácter práctico y responde a eso tan nuestro de “cada maestrillo tiene su librillo”.

A menudo no se sabe qué es lo que pretende una determinada administración en el momento de poner en marcha el proceso de contratación. ¿Se trata de encontrar al mejor técnico (o el mejor equipo técnico) para llevar adelante el encargo? ¿O se trata de encontrar el mejor proyecto para dar respuesta a él? Sin duda, aunque pueda parecerlo, no son la misma cosa. Los requerimientos generales del contrato de consultoría, asistencia o servicios podrían dar satisfacción a lo primero, los requerimientos específicos del concurso de proyectos permitirían lo segundo. Lamentablemente las licitaciones que se ponen en marcha son a menudo híbridos sin sentido que acaban por elevar sin ninguna lógica los requerimientos a los participantes. Si se trata de escoger el mejor técnico, las referencias sobre trabajos realizados, los curricula de los miembros del equipo, los medios disponibles o la experiencia debieran bastar. Si se trata de conseguir el mejor proyecto, es la valoración estricta de éste la que debiera contar; las referencias, la experiencia o los medios disponibles sólo debieran servir en este caso para asegurarse de que se cumplen los mínimos de cualificación necesarios, no para competir con la valoración del proyecto en sí mismo. Una vez aceptados a presentar un proyecto, todos los concursantes debieran estar en igualdad de condiciones y el proyecto como tal ser el único elemento a valorar.

Esto nos lleva a otra cuestión directamente relacionada: la proporcionalidad entre los objetivos que se pretenden satisfacer y los requerimientos que se efectúan. En este sentido, las peticiones de la Administración suelen ser simplemente desmesuradas. ¿Quieren las administraciones al arquitecto más adecuado para solucionar el encargo que tienen entre manos? ¿O quieren en cualquier caso al mejor arquitecto del mundo sea cual sea el encargo a ejecutar y con independencia de las características del mismo? A menudo parece que las administraciones optan sin pensárselo por lo segundo, con la consiguiente inflación de requerimientos en absoluto proporcionados al objeto del concurso. ¡Ha llegado a haber casos en los que se ha podido constatar que ninguno de los arquitectos colegiados en la comunidad donde se desarrollaba la licitación había jamás visado el volumen de obra del tipo que se requería para participar!

Las consecuencias de esta confusión en los objetivos de la licitación los conocemos todos: peticiones de solvencia excesivas, garantías innecesarias, valoración desproporcionada de la oferta económica, jurados de proyectos constituidos por personas cuyos conocimientos en arquitectura resultan poco fiables, fallos débilmente justificados y escasamente publicitados, ...

El batiburrillo de modelos de pliegos que cada administración se saca de la manga es la otra cara del problema. Parece que sea imprescindible reinventar la rueda a cada ocasión y que, en aras de su respectiva autonomía, se pueda violentar de manera tan flagrante el principio que obliga al uso racional de los recursos disponibles y a evitar su dispendio. Hay infinidad de pliegos que, aún siendo parecidos, nunca son totalmente iguales. La administración parece tener alergia a utilizar modelos comunes y, en consecuencia, los arquitectos se ven obligados a rehacer una y otra vez los documentos a presentar. Las situaciones acaban siendo esperpénticas: cuando se ha preparado la presentación de un proyecto en din a3 hay que modificarlo a din a4 para el siguiente concurso; si se ha preparado en 4 hojas, para la siguiente casi seguro que hará falta reducirlo a 3; habrá datos que incluir en un caso y suprimir en otro. ¡Hasta la tipografía y el cuerpo de letra se determinan a veces! 

Una sociedad cuya Administración pública dedica (y obliga a dedicar) tanto tiempo, esfuerzo y recursos a cuestiones tan banales, no puede en ningún caso ser competitiva.

A estos dos grandes bloques de problemas habría que añadir un tercero: la total falta de valor que la Administración pública otorga al trabajo de los arquitectos y la propiedad intelectual inherente. No está bien bajar música o películas de internet sin pagar porque detrás hay autores cuya creatividad hay que considerar, pero tener a miles (literalmente miles) de arquitectos elaborando proyectos que no tienen contraprestación económica parece que sí se puede. El doble rasero de nuestra administración resulta evidente y temerariamente inmoral. No olvidemos que la propia ley menciona los pagos a los participantes al definir los concursos de proyectos (sin hacerlos lamentablemente obligatorios). En el espíritu del legislador estaba presente, por tanto, la necesidad de tomar este aspecto en consideración. Pero a quien aplica la ley le resulta mucho más práctico, en términos económicos, olvidarse simplemente de esa referencia.

Nada de lo anterior es inevitable. La letanía según la cual “la ley nos obliga a hacerlo así” es simplemente falsa. La ley podría ser mejor, pero con la ley en la mano las cosas pueden hacerse de manera muy distinta. A fin de cuentas nuestra ley transpone una directiva europea a la que debe ajustarse, igual que lo han hecho todos los paises de nuestro entorno y, en ellos, a menudo la situación dista bastante de la nuestra.

Fijémonos en Francia, sin ir más lejos. Para empezar los umbrales a partir de los cuales la ley es de aplicación son mucho mayores; a nadie se le ocurre mobilizar a centenares de profesionales para proyectos que se pueden encargar de manera más racional. Y cuando se mobiliza a la profesión en general, se hace con reglas claras y unificadas. ¡Los modelos son virtualmente únicos para todo el país! de manera que los arquitectos no tienen que reelaborar cada vez la documentación para atenerse a peticiones inesperadas. Si lo que se busca es un técnico adecuado al objeto del encargo se lanza una llamamiento con requerimientos proporcionados al mismo y punto; nunca se le pide, además, que remita también un proyecto. Y si lo que se quiere es disponer del mejor proyecto, se escoge a los equipos que se estima más adecuados sin peticiones previas desorbitadas y se les remunera la presentación del mismo. ¡A ninguna administración en Francia se le ocurre actuar de otra manera y no compensar la presentación de proyectos a concurso!

El problema es por tanto de modelos, de clarificar la finalidad de cada licitación, definir con precisión qué tipo de concursos es oportuno realizar y establecer en cada caso mecanismos proporcionados al objeto. Y el problema es también de pedagogía, voluntad política y capacidad de negociación. La Administración se desbocó desde el primer momento en la aplicación de esta ley y ninguna organización profesional ha tenido la suficiente autoridad para imponer su voz y reconducir los hechos.

Ojalá los debates en estos momentos en curso sirvan para reorientar la gestión de unas licitaciones cuya deriva actual no sólo perjudica a la profesión de arquitecto sino también, aunque muchos no quieran verlo, a la sociedad a la que pretenden servir.


linkedIn account reaches 100 contacts






A few months ago, I opened a LinkedIn account. It was an opportunity to show in a reasonable order the activities I carry in parallel to the work at my practice. While my website is devoted to the buildings and public spaces I build, the LinkedIn profile refers mainly to my tasks at the International Union of Architects, Arquinfad or the Architects’ professional organisations in Spain. It also contains a list of the various educational centres in which I have been teaching and updates the information I publish through twitter or this blog.

Thanks to it, I established contact with people who are interested in similar subjects and got the opportunity to discuss about them. This is being a most enriching experience that allows me to further reflect on some aspects of our profession and expand my views. My own professional network has now reached 100 contacts and is still growing. I look forward to keeping in touch with all of them and developing further ties.

escuela en el poble nou











Dos factores son fundamentales en la definición del nuevo edificio:

Por un lado, la ubicación privilegiada del solar, el cual remata la calle Sancho de Ávila -que enlaza toda una serie de equipamientos del nuevo distrito 22@-, da frente a una via que articula el sector de Levante de la ciudad -como es la rambla del Poble Nou-, y se encuentra directamente relacionado con las calles peatonales que lo vinculan al tejido residencial del entorno. La capacidad de respuesta a estos tres niveles (de ciudad, de barrio y de contexto inmediato) es fundamental para la satisfactoria implantación del edificio.

Por otro, la complejidad del programa, que ha de hacer compatibles tres equipamientos distintos (Centro de Educación infantil y primaria, Centro de Barrio y Aparcamiento subterráneo), cada uno de ellos con sus necesidades específicas y el imperativo de funcionar con autonomía y complementariedad.










Mientras que la edificabilidad del solar supera con creces la superficie necesaria para alojar los distintos programas, la conveniencia de situar un amplio número de piezas con acceso directo desde la calle se hace virtualmente imposible de satisfacer. El proyecto ha de optar, por tanto, por desplazar a un nivel superior algunos de los elementos que, en una primera aproximación, parecía lógico situar en planta baja.

Esto, que parecería un hándicap, se constituye en una oportunidad para definir un edificio-mirador, compacto, que esponja su corazón central mediante un patio y dispone de amplios espacios de juego al nivel de la primera planta, que se convierten en balcón sobre la ciudad.

El Centro de Barrio, la zona de recepción y administración del Ceip, las aulas de educación infantil y las piezas de uso común del equipamiento docente (equipamiento deportivo, comedor y biblioteca) se sitúan en la planta baja. El resto del programa docente se reparte entre la planta primera y la planta segunda. Para aprovechar las condiciones de asoleo y garantizar la necesaria privacidad a las piezas que más lo requieren, esta segunda planta se sitúa en el lado sud del solar.

Los accesos se constituyen en ensanchamientos del espacio público que “muerden” las esquinas y orientan las relaciones del edificio con éste. La entrada principal del centro educativo se situa en la fachada de la rambla del Poble Nou, la de mayor valor representativo, si bien el acceso cotidiano de alumnos y, sobretodo, el acceso al área de educación infantil, se alejan de ella para situarse en puntos de menor tráfico.

Exteriormente la planta baja se configura como un zócalo de revestimiento metálico con rasgaduras que ocultan las ventanas y proporcionan la necesaria seguridad. El cuerpo superior de hormigón vuela parcialmente sobre el inferior y presenta una rotundiad que le permite no tener que exagerar su escala para mostrar su carácter público frente al contexto residencial.

El resultado es un edificio de carácter más bien introspectivo, que protege la privacidad de sus usuarios y se relaciona sutilmente con el entorno.



la u urbana, más allá de su presentación











Tras su lanzamiento a primeros de Mayo, “la u urbana” ha generado una serie de artículos y noticias en diversos medios de comunicación que analizan el libro y la reflexión que éste plantea desde puntos de vista muy diversos. Se agrupan aquí dichos materiales.

En primer lugar los materiales en audio de la propia presentación:
Jordi Farrando: un estudi dels carrers i els seus elements urbans
Juli Capella: decàleg de la u urbana
Joan Subirats: quina ciutat volem?

A continuación los que ha aparecido en la prensa escrita:
Òscar Guayabero en Avui: la u urbana
Maica López en 20 minutos:
las calles de barcelona han de unificar criterios y eliminar obstáculos
Maria Sistachs en Avui:
apareix la primera guia per ordenar els carrers de barcelona
Joan Subirats en El Público: el llibre dels carrers de barcelona
Francesc Arroyo en El País:
los usos de las calles de barcelona y su complejo mobiliario urbano
Àlex Gubern en ABC: dictadura del diseño, menos mal
Una referencia de Juli Capella en El Periódico: la señales salvan vidas
Pilar Urreta en Inde: un estudi dels carrers des dels elements urbans
Miquel Porta Perales en El Punt: la ciutat dels entrebancs
Jordi Farrando en Vivienda: el libro blanco de las calles de barcelona
Juli Capella en El Periódico: en la calle cabemos todos, pero con criterio

Y algunas entrevistas en la radio:
Aure Farran en Ràdio Estel: catalunya sense barreres
(emisión del 11 de Junio de 2010; a partir del minuto 34:54)
Henry de Laguerie en Les urbanités de RSR, Suiza:
un livre blanc pour rationaliser l'espace public barcelonais

O las reflexiones que se han publicado en la red:
Esarq: la u urbana
Ecourbano, conocimiento para ciudades más sostenibles:
las claves del proyecto
Cocarmi, Comité català de representants de persones amb discapacitat:
la gran asignatura pendent és tenir ciutats més accessibles
Urbanités: un livre blanc pour rationaliser l'espace public barcelonais
Scalae: un libro de estilo para las calles de barcelona
Bauenblog: la u urbana, la biblioteca y el tercer espacio

A fin de facilitar el acceso a los materiales que vayan apareciendo, esta entrada se mantendrá “viva” e irá incorporándolos a medida que surjan.



biblioteca en caldes

















Una biblioteca es, por definición, un equipamiento al servicio de la comunidad y, como tal, ha de ser respetuosa con su entorno e interactuar con él. Con este fin, la propuesta para la nueva biblioteca de Caldes de Malavella se integra en la secuencia de equipamientos del municipio y articula el itinerario urbano que éstos generan con el reciente conjunto residencial entorno a ella.

Se accede a la misma tanto desde la calle Girona como desde la plaza Mathausen, provocando una inflexión hacia el centro del núcleo urbano y unas gradas a lo largo de la primera. Con estos recursos la biblioteca se incorpora a la red de equipamientos del municipio al tiempo que aporta carácter urbano a su entorno más inmediato y participa de la vida ciudadana. La transparencia que se produce a nivel de planta baja permite visualizar el anclaje entre los espacios urbanos situados a ambos lados del edificio. Al mismo tiempo, un zócalo facilita la continuidad con los edificios situados en el lado sudeste y crea una terraza sobre el ámbito de acceso que permite la celebración de actos públicos y la convivialidad activa del equipamiento.


La claridad organizativa interna es premisa fundamental para su buen funcionamiento.


Los accesos se situan en la parte central del cuerpo edificado, a la cota de la plaza Mathausen. Éstos dividen virtualmente en dos la planta baja creando una zona destinada a los espacios culturales y de formación (que pueden ser utilizados con independencia de la biblioteca en sí) y otra que contiene los espacios de la biblioteca propiamente dichos. La autonomía de la primera de estas partes permite que el equipamiento se convierta en un lugar activo y abierto, con la necesaria flexibilidad para transformarse en un espacio de encuentro e intercambio.



La zona de la biblioteca, situada en el aldo noroeste del edificio, se articula en tres niveles entorno a un gran espacio libre a toda altura, contiguo a los mostradores de atención al público. El nivel inferior acoje la zona infantil, la cual disfruta de cierta independencia que le evita encontrarse en el camino de paso hacia otras áreas. La planta baja incorpora, separadas por el espacio a triple altura, la zona de periódicos y revistas (en el lado de la calle Girona) y la zona de música e imagen (en el lado de la plaza), de manera que ambas sean fácilmente accesibles desde la entrada y estén relacionadas entre sí. El área de información general se encuentra en la planta superior, subdividida en tres espacios claramente comunicados entre sí, dos a lado y lado del espacio a toda altura y el tercero sobre la zona de acceso. Desde esta planta es posible salir a una terraza controlada, situada justo frente al mostrador, que permite la lectura al aire libre durante los meses de buen tiempo.

La disposición de las piezas permite minimizar los consumos energéticos, sacando partido de las diversas orientaciones de sus fachadas y reduciendo al mínimo el uso de recursos naturales. La piel exterior, de lamas de madera tratada, se plantea como una envolvente cálida y atractiva que no sólo garantiza la correcta protección solar del interior sino que configura una imagen exterior destinada a subrayar la voluntad de servicio público del edificio.



architectural flight over tokyo



Take a ride on a zeppelin, 600 meters above the city of Tokyo, and discover its architectural landmarks, from Harumi Harbour all the way to Yokohama.

changes in the architectural profession

I had the opportunity to make the opening lecture at a recent congress of architects in Turkey under the title “Changes in the architectural profession” and decided to concentrate on two specific aspects of the relation between Education and Professional Practice. These two issues were Internship and Continuing Professional Development as they seem key to me in ensuring that our profession can cope with the changes that currently happen at all levels.

It is often considered that the graduates from our universities are not necessarily prepared to get into the daily practice of the profession. In many cases, this gap is filled by some internship period or a complimentary exam by an authority different to the academic, before being allowed to get into practice. While this is quite frequent in countries governed by common law, it is not often the case in those where the Napoleonic code is the base for their regulations.

Similarly to the above, there seems to be a consensus on identifying Continuing Professional Development (some times referred as Life Long Learning) as the only means to guarantee that architects can cope with the changes that happen along their professional life and maintain their abilities up to date.

Surprisingly, internship is only compulsory in 49 countries around the world (see the Architectural Practice around the World research in a previous post of this blog) and only in 35 of them it is structured and supervised. Similarly, only 58 countries have put in place some Continuing Professional Development system, which is compulsory in just 16 of them.

These two issues will undoubtedly need to evolve in the coming years. There will be an increasing demand to better structure and define them, making Internship and Continuing Professional Development progressively sophisticated and maintaining some kind of a logbook that keeps record of the progress made. At a certain point, compulsoriness will also come into the discussion in those countries where they are not yet so, as a prerequisite for practice and as evidence to the registering authorities that the required training has been completed before accessing the profession or while being into practice.

Click here for the English version of the abstract.
Click here for the Turkish version of the abstract.


l’aquila, a ghost town



















One year after the earthquake, L’Aquila, 120 km out of Rome, is a ghost town. With over 15.000 people still leaving in hotels and the army patrolling the streets, this beautiful historical city in central Italy strives to recover from the disaster.

While some new anti-seismic neighbourhoods have been created in the surrounding hills, the central part of the city –its huge historical core- is still “red zone”, where visitors are not allowed and big efforts are deployed to stabilize the centuries old buildings. A meeting of the International Union of Architects has given to some of us the opportunity to visit the “forbidden area” and get first hand information on the works that currently take place.

Securing structures is a priority and most efforts are devoted to that. Technologies used depend on the damage suffered and the characteristics of the building. Adding a temporary roof to the affected churches and “palazzi” becomes a must in order to avoid further damages by rain. As the area keeps experiencing minor seismic movements while works take place, it is important to ensure that any solution adopted is flexible enough to absorb these movements.

Meanwhile, a team of volunteer architects document the buildings in order that, at a later stage, they can either be rebuilt to their original shape or, at least, keep the memory of how they were.

Nobody knows how long all this will take. Nobody knows either what the total cost will be. Italy has been often affected by earthquakes. Some of the Italian cities, as we know them now, are, in fact, the result of a reconstruction after a previous disaster. But the magnitude of this operation in L’Aquila is probably bigger than any previous one. And what is more important, nowadays, in Europe, the idea of simply demolishing what was left and build a new town (as it was often the case one or two centuries ago) is not acceptable anymore.

The issue becomes of the highest relevance for all those of us who are interested in urban problems, as it confronts us with the need to deploy new tools and strategies to face big scale interventions in historical contexts. The impact of these interventions goes beyond the buildings themselves and forces us to reflect on the kind of city that will come out the day works will reach substantial progress.



fundación de arquitectura contemporánea: un edificio puerta














El proyecto que presentamos al concurso para la Fundación de Arquitectura contemporánea y la manzana de San Pablo, en Córdoba, aborda, en la propia configuración morfológica del edificio, los tres elementos centrales a los que había que dar respuesta: ser sede de la fundación, configurarse en puerta de entrada a la manzana y establecer un nexo claro entre los vestigios del pasado que se encuentran en el subsuelo a un lado y a otro del mismo.

La sección se constituye en el instrumento fundamental para dar respuesta a todos estos factores y permite establecer un diálogo fructífero tanto con el templo romano, al otro lado de la calle, como con el interior de la manzana. La diferencia de cota entre los espacios públicos, los diferentes niveles a los que se encuentran los restos arqueológicos, la relación entre el programa de la fundación y el hecho de constituirse en acceso a la manzana y, por tanto, a otros equipamientos... son cuestiones que se resuelven proyectando un edificio que ancla el presente al pasado, el exterior con el interior y lo público con lo privado.

El nivel más bajo se establece a la cota inferior de los restos arqueológicos existentes y ha de permitir, en el futuro, el acceso a los mismos. El siguiente nivel sitúa el nuevo auditorio a la cota del circo romano. Un tercer nivel relaciona la calle y el interior de manzana, enmarcando el templo a través de un gran pórtico y acogiendo la recepción, la librería y la cafetería de la Fundación. En la primera planta sobre rasante se desarrollan las actividades culturales y de exposición de la sede, con privilegiada visión del templo al nivel de la base de sus columnas. La última planta alberga las oficinas de la Fundación y, por encima de ella, una terraza accesible ofrece una excepcional vista a nivel de los capiteles del templo.

Esta manera de anclarse en el contexto y establecer relaciones con él define unos itinerarios urbanos destinados a fertilizar las potencialidades del conjunto de la manzana de San Pablo. El edificio se convierte por sí mismo en la oportunidad idónea para transformar el interior de la manzana en parte activa del tejido de la ciudad, reclamando su atención y animando la escena urbana, en una suerte de simbiosis cultural entre los programas.

La condición de puerta que adopta el edificio, acorde con su escala urbana, su carácter de calle y su voluntad de encuadrar visualmente el templo, no merma su capacidad de relación con la arquitectura colindante. El juego de huecos de marcada verticalidad, el predominio de los macizos, los materiales puestos en juego en la fachada (enfoscado pintado de blanco y zócalo de piedra de mina negra) o el diálogo que se establece entre las cornisas, reflejan la naturaleza respetuosa e integrada, pero no mimética, de esta nueva arquitectura construida en pleno casco histórico.

El proyecto para la manzana de San Pablo asume los restos arqueológicos y la vida cultural como dos aspectos que se potencian mutuamente. El proyecto para el espacio libre del interior de manzana no debe otra cosa que dar unidad a una serie de edificios de indudable interés cultural, histórico y arqueológico que, a pesar de su proximidad, hoy aparecen dispersos, reclamando atención sobre su potencial relación. Y para ello debe relacionar cada uno de los edificios sin establecer jerarquías, dando protagonismo a la edificación en sí misma. El pavimento, una serie de ondas que emanan de los centros de actividad, deviene así un manto cuyo juego geométrico relaciona las partes de manera sutil.


el parque de bomberos de mataró en arquiidea

El parque de bomberos de Mataró se está convirtiendo en unos de los proyectos del despacho que más atención ha despertado entre las publicaciones especializadas. Arquiidea, una joven revista de arquitectura en línea, concebida inicialmente como ayuda didáctica para quienes cursan estudios de arquitectura, le dedica varias páginas en su último número. Acompañado de diversas viviendas unifamiliares, el parque de bomberos (pág. 22) despliega sus líneas diáfanas en un contexto de fuerte componente industrial e incita a una reflexión sobre el rol los edificios públicos en las zonas periféricas de las ciudades.

presentación de “la u urbana” en el coac











El lunes 10 de Mayo, a las 19.30, se presentó “La U urbana. El libro blanco de las calles de Barcelona” en el Colegio de Arquitectos de Catalunya (Plaça Nova, 5, Barcelona). Las intervenciones corrieron a cargo de Jordi Farrando, arquitecto director del proyecto, Juli Capella, arquitecto impulsor de la iniciativa, y Joan Subirats, politólogo e investigador del Igop. Fue una oportunidad para reflexionar sobre el rol de los elementos urbanos en la configuración de nuestras calles y en cómo éstas pueden racionalizarse para cumplir mejor su función. Justo en el momento en que se iniciaban las votaciones para definir cómo ha de ser la Diagonal, una de las avenidas más emblemáticas de Barcelona, este libro ofrece una reflexión serena y rigurosa que permite, desde una aproximación multidisciplinar, definir criterios y pautas para intervenir en la ciudad. El acto fue presidido por Lluís Comerón, decano en funciones del Colegio, Miquel Espinet, presidente del Fomento de las Artes y el Diseño, y Oriol Clos, arquitecto-jefe de la ciudad de Barcelona. En los comentarios de esta entrada se recogen las noticias aparecidas en prensa relativas a la presentación del libro.


pencil buildings

















Space is scarce in Tokyo, a megalopolis of 35 million inhabitants with a density twice the density of New York City. Plots are small and expensive and buildings tend to make the best possible use of them including often several underground levels. Fires have destroyed the city a few times along history and, as a consequence, fire regulations are as strict as regulations to prevent earthquake effects. Among other things, they force buildings to maintain a minimum 50 cm distance to the plot limits, leaving voids between them.

These particular conditions give often place to what Tokyo residents call “pencil buildings” –high narrow constructions, one next to the other, that create the false impression of a continuous facade but leave small empty spaces in-between. There is plenty in the city and they are devoted to any possible use, from small single family housing, to office spaces, to retail shopping.

As it is always the case, the abilities and intentions of the architects that have to deal with the particularities of these plots and regulations end producing buildings very different in character. Some of them may be simply banal or pretentious; many become a support for commercial advertisement; others show particular care in benefiting from the very special conditions of the plot or produce sophisticated images to attract attention.


¿exportar servicios de arquitectura?

La exportación se está convirtiendo en una idea recurrente en el momento de plantearse cómo hacer frente a la contracción de la actividad dentro del país. Los medios de comunicación recogen multitud de opiniones que se refieren a ella casi como la panacea para muchos tipos de empresa. Se promueve tanto en el momento de hablar de bienes de consumo como cuando se discute sobre cualquier tipo de servicios. En ese contexto, ¿es posible exportar desde España servicios profesionales de arquitectura? O mejor dicho, ¿están los arquitectos españoles preparados y en condiciones para afrontar los retos que supone prestar sus servicios en un país que no es el suyo propio?

El estudio que publica el Centro de Estudios de la Profesión de Arquitecto –y que acompaña al informe sobre la profesión en España que se anunciaba en una entrada anterior de este mismo blog-, reflexiona por primera vez sobre la actividad exportadora de los servicios de arquitectura en el conjunto de España.

A través de un sistema de encuestas y entrevistas se establece el porcentaje de despachos que exportan (más bien bajo), el campo de actividad en que se centra, las motivaciones para ello, las áreas geogràficas a las que se destina, y los instrumentos utilizados para conseguirlo. Los resultados nos ofrecen un panorama de la profesión centrado en la edificación (si bien el urbanismo sugiere más predicamento de cara a la exportación), acompañando a menudo a un cliente nacional que intenta abrir nuevos mercados, orientado hacia nuestros vecinos más inmediatos y donde los contactos personales juegan un papel fundamental.

Un clásico método de análisis de fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas, nos permite observar que la buena calidad del diseño que aquí se produce y el prestigio de los profesionales de este país son bazas que juegan a favor de la exportación de arquitectura, mientras que una frágil estructura empresarial y la tendencia a creer que lo que hay que exportar son edificios singulares, sin duda no ayuda a incrementar nuestra presencia en el exterior.

Un eventual plan de acción para facilitar la exportación de servicios de arquitectura debería ofrecer formación para superar las lagunas de la profesión en este campo, orientar sobre las potencialidades de los distintos mercados, informar sobre los procedimientos a seguir en el país escogido como destino, promover al colectivo de arquitectos y establecer una red de apoyos y contactos que le permitiera el ejercicio trasnacional.

¿Disponemos de los medios y los mecanismos para hacerlo posible? ¿Contamos con los apoyos necesarios? ¿Seremos capaces de enfrentarnos al reto?


"la u urbana" ¡publicada!

Después de años (literalmente) de trabajo (véase una entrada anterior en este mismo blog), por fi ve la luz “La U urbana. El libro blanco de las calles de Barcelona”. El libro constituye una reflexión sistemática sobre las calles de la ciudad en tanto que espacio público primigenio, el más sencillo y, al mismo tiempo, el más complejo que existe; y sobre el papel que los elementos urbanos juegan en su definición. Basado en la ciudad de Barcelona, sus conclusiones y sugerencias establecen, sin embargo, pautas que pueden ser fácilmente extrapoladas a otras ciudades y otros contextos.

El trabajo ha sido desarrollado por un amplio equipo que dirigí y coordiné y en el que participaron urbanistas, arquitectos, diseñadores, productores de mobiliario urbano, comerciantes, psicólogos, artistas y vecinos. Articulado a través de cuatro áreas de trabajo (recogida de datos, estudio de elementos urbanos, estudio de calles y estudio de usuarios), la reflexión contó con la celebración de sesiones de evaluación con técnicos, una mesa redonda con agentes sociales, un taller de diseñadores y una serie de talleres con participación representativa de los diversos colectivos que componen nuestra sociedad.

El resultado es una mirada plural sobre el fenómeno de las calles que identifica parámetros, tipologías y criterios y que ofrece al proyectista los instrumentos de base para su trabajo.

El libro está disponible en el FAD, Fomento de las Artes y el Diseño, y en la Cooperativa Jordi Capell.




bioclimatic shelter for disasters

















Disasters seem to come in rows. It was Haiti some weeks ago, then Chile, now Turkey... In the past two decades more than 200 million people have been affected every year by natural disasters (earthquakes, floods, landslides, droughts, wildfires, tropical cyclones and associated storm surges, tsunami and volcanic eruptions...), causing the loss of human lives and the destruction of economic and social infrastructures, as well as serious damage to the natural ecosystems.

I am showing here an architect’s proposal for a temporary bioclimatic shelter that utilizes renewable energy sources in order to satisfy the urgent housing needs deriving from disasters. It intends to become a viable solution to be quickly and economically set up while respecting the environment. This project was the winning entry of a competition promoted by the Work Programme on Architecture and Renewable Energy Sources (ARES) of the International Union of Architects, for which I was a jury member.

It establishes, as a starting point, three reference images: the cube, for its symbolic connotation and neutral proportionality, the tent, the most frequently used emergency shelter, and the accordion, for its ability to vary its dimension and proportion.

And it is made of four parts:

A multifunctional unit that contains the sanitary installation and the kitchen, both supplied by water collected in a tank located on the top of the unit.

Two rigid ends, made of cement bonded particle board panels fixed on a metallic structure, that accommodate the bed floors
and, when transported, the main floor of the shelter, the tent and
the multifunctional unit.

The photovoltaic panels, used as energy suppliers, light shadows or water heating elements, depending on the weather conditions.

The folding canvas linking the rigid parts and made of two layers, one exterior and one interior to prevent condensation, with a thin rock wool insulation in-between.

The basic module can accommodate a family of four and there are a series of variations to roof up to twelve people. The proposal suggested even further variations in order for the shelter to become a Medical Center, a Community Center, a School, a Storage facility or even a Power plant. The overall purpose is to create a viable settlement that can either be completely autonomous or integrate to the remaining parts of any existing urban infrastructure.